En muchas disciplinas deportivas a nivel mundial, los atletas suelen tener una edad promedio para debutar y consolidarse. Sin embargo, en los eSports, la edad de inicio de los competidores puede variar considerablemente. Siempre y cuando posean talento y habilidades, estos jugadores pueden competir a un alto nivel e incluso convertirse en campeones mundiales a una temprana edad.
Un ejemplo destacado es Joseph Deen, quien se convirtió en el jugador profesional de eSports más joven del mundo al firmar un contrato con Team 33. A los 8 años, se le ofreció un lugar en el equipo y un contrato de 33 mil dólares para unirse al plantel de Fortnite. Mientras que otros jugadores empiezan su carrera a los 25 años o incluso más tarde, en los videojuegos existe la particularidad de ver a personas muy jóvenes alcanzando la cima de las competencias. Esto es algo prácticamente impensable en deportes como el fútbol o el béisbol, donde es poco probable encontrar a un niño de 8 años participando en un torneo.