La brecha salarial entre los jugadores de la Liga MX masculina y las futbolistas de la Liga MX Femenil es un tema que no puede pasarse por alto. Según datos proporcionados por el Informe de Evaluación Comparativa de la FIFA sobre Fútbol Femenino, aproximadamente el 80 por ciento de los equipos femeninos no son financieramente rentables y requieren el apoyo de sus contrapartes masculinas para mantenerse a flote. Esta realidad plantea una pregunta crucial: ¿es esta brecha salarial una cuestión de justicia deportiva o una forma de discriminación de género en el fútbol?
En la Liga MX Femenil, son pocos los clubes que han logrado romper los esquemas establecidos y aprovechar el potencial del deporte femenino. Equipos como Tigres, Rayadas, América y Chivas se enorgullecen de ser financieramente rentables, pero lamentablemente, los otros 14 equipos siguen luchando por encontrar un equilibrio económico. Esta disparidad pone de manifiesto la necesidad de implementar estrategias sólidas que permitan el desarrollo sostenible de los equipos femeninos en términos financieros.
Una de las principales preocupaciones radica en los salarios que perciben las futbolistas profesionales en la Liga MX Femenil, los cuales continúan muy por debajo de lo esperado. Mientras el salario mínimo para una jugadora es de 4,500 pesos al mes, un suplente masculino como Brian Rubio, del Mazatlán, puede percibir cerca de 20,000 pesos mensuales. Esta discrepancia resalta la necesidad urgente de revisar y mejorar las condiciones salariales en el fútbol femenino, para garantizar una remuneración justa y acorde con el nivel de dedicación y profesionalismo de las jugadoras.
Es fundamental que la afición y los seguidores del fútbol femenil se involucren y apoyen activamente este deporte. Además de ser espectadores y seguidores, debemos ser exigentes con los dueños y directivas de los clubes, demandando apoyos reales y efectivos para el desarrollo de la Liga MX Femenil. La creación de programas de patrocinio, la mejora de las condiciones laborales y salariales, así como una mayor visibilidad y cobertura mediática, son algunas de las áreas en las que se debe enfocar el apoyo.