Después de la reciente salida de Diego Cocca de la selección mexicana de futbol, se suma a la lista de los 12 directores técnicos que han pasado por el TRI en los últimos 13 años. Cocca solo duró 4 meses y 9 días, lo cual evidencia un problema de continuidad en los procesos que arrastramos desde hace tiempo. Resulta incomprensible por qué se eligió a un director técnico como Diego Cocca, cuyo enfoque defensivo era ampliamente conocido. Este enfoque defensivo le sirvió para lograr su mayor éxito como entrenador, el bicampeonato con Atlas. Sin embargo, ahora que utiliza sus conocidos planteamientos defensivos, ya no es del agrado de los dirigentes y acaba siendo cesado.
Desafortunadamente parece ser una tendencia el magnificar a un jugador o en este caso, a un entrenador por un logro obtenido, pensando que son la mejor opción. Pero cuando se enfrentan a la derrota o no logran los resultados deseados, se convierten en el peor director técnico y son destituidos de su puesto. Así nos encontramos con un gran número de directores técnicos en poco más de una década, todos ellos con resultados similares y ninguno logra destacar. Entonces, ¿cuál es el problema principal? El problema radica en la deficiente elección de los directores técnicos y en el poco tiempo que se les otorga para trabajar y mostrar resultados.
Este parece ser un problema que involucra a varias partes de la selección. Por un lado, los administrativos no confían en los procesos ni en los entrenadores que ellos mismos seleccionan. Por otro lado, la afición también tiene su parte de responsabilidad, ya que después de perder un partido 3-0, prácticamente quieren que todo el equipo sea despedido, pero cuando ganan un partido reciente por 4-0, vuelven a amar a la selección. Jaime Lozano inicia una nueva etapa como entrenador del TRI, esta vez en la selección mayor; y parece ser del agrado de los directivos debido a los logros obtenidos con la Sub-23. También cuenta con el respaldo de los futbolistas, ya que ha logrado cosas importantes con esta generación de jugadores. Además, la gente disfruta ver a un técnico mexicano que siempre ha sido un profesional, sin escándalos de por medio, lo cual hace que su llegada sea bienvenida.
Sin embargo, tengo la duda de si este apoyo se mantendrá a lo largo del tiempo, ya que es evidente que esta selección también tendrá derrotas y tropiezos, al igual que cualquier otra selección en el mundo. Me pregunto si seguiremos viendo a Jaime Lozano con los mismos ojos o si comenzaremos a cuestionar su capacidad como entrenador debido a su falta de experiencia en dirección técnica. Muchos argumentarán que la selección necesita a alguien con experiencia o incluso a un director técnico extranjero, ya que ellos conocen otros estilos de futbol que podrían ayudar al equipo. Es posible que veamos a los directivos empezar a cuestionar por qué Jaime Lozano es el entrenador. Personalmente, me gustaría ver una selección que confíe en los procesos, que no se desespere si no se obtienen los resultados esperados y que no tome decisiones precipitadas al contratar a un técnico para luego despedirlo a los pocos meses. Necesitamos un proceso en el que realmente se confíe en la persona seleccionada como director técnico del TRI.