Por: Rodrigo Monjardin
Durante la temporada baja, los Mets de New York fueron el equipo que más capital derramó en cuanto a los jugadores, ya sea en los refuerzos, o en mantener a piezas centrales de su roster, pero sin duda tienen la presión encima, por lo que pasarán a la historia como los mejores, o como una decepción.
En los Mets los reflectores del equipo se encuentran en sus dos lanzadores estrella, la campaña pasada los adquirieron de la agencia libre a Max Scherzer quién después de un paso breve con los Dodgers firmaría una cifra millonaria para llegar a NY, aunque durante su debut con el naranja y azul, Scherzer tuvo que sentarse debido a una lesión, pero dejó ver que el veterano es uno de los mejores por su IQ de juego y agresividad en la mentalidad del juego.
Por la otra cara nos encontramos a Justin Verlander, quién sorprendió a propios y extraños, ya que luego de obtener el campeonato de la Serie Mundial con los Astros de Houston, dejaría un equipo en el que fue prolífico, para aventurarse a un nuevo reto, sin dejar atrás la cifra millonaria que obtendrá.
Ambos pitchers ya se conocían, ya que en su etapa de novatos se encontraban en el mismo club, los Tigres de Detroit, donde mostraron su potencial; aunque ambos siempre mostraron una buena relación profesional, existen los rumores de supuestos roces, de cara a la liga de primavera, el par fue cuestionado sobre la “polémica” y no tardaron en aclarar que era mentira, aunque mencionaron que llegan en puntos distintos de su carrera, el objetivo se mantiene en común, ganar una serie mundial.