Cortizo expresó que estas condiciones climáticas extremas impactan negativamente en el rendimiento físico de los jugadores. “Estar todo sudado es hasta un ahogo más cabrón”, comentó, señalando que el calor sofocante y la humedad exacerban la fatiga y dificultan la recuperación durante los partidos.
En su análisis, Cortizo comparó las condiciones del BBVA con las del Estadio Universitario de Tigres, el principal rival de Rayados. Según el mediocampista, en el estadio de Tigres hay una mejor circulación de aire, lo que proporciona una sensación de mayor frescura. En contraste, el BBVA parece atrapar el calor y la humedad, creando un ambiente más hostil tanto para jugadores como para aficionados.
Otro punto crítico abordado por Cortizo fue el estado del césped en el BBVA. Señaló que la falta de exposición solar adecuada ha afectado negativamente la calidad del terreno de juego, generando críticas constantes. A pesar de la modernidad y la arquitectura elogiada del estadio, estas preocupaciones sobre el césped y el clima han sido persistentes y no han pasado desapercibidas.
Las declaraciones de Jordi Cortizo han puesto de manifiesto los desafíos climáticos y de mantenimiento que enfrenta el Estadio BBVA en Monterrey. Sus comentarios han reavivado el debate sobre las condiciones del recinto, subrayando la necesidad de buscar soluciones que mejoren tanto la experiencia de los jugadores como la de los aficionados.
Las críticas de Cortizo destacan problemas que, aunque conocidos, siguen siendo relevantes en el contexto del fútbol mexicano. La discusión sobre cómo optimizar las condiciones del Estadio BBVA continúa, buscando un balance entre la modernidad de la infraestructura y la comodidad y rendimiento en el campo de juego.