La que podría haber sido la subasta deportiva del siglo, la del Balón de Oro mundialista que Diego Maradona ganó en 1986, ha quedado suspendida por la Justicia francesa.
El tribunal de Versalles avaló la demanda de los herederos de Diego y ordenó la incautación del trofeo hasta que se resuelva el contencioso sobre su propiedad. Esta decisión impide la venta del Balón de Oro, valorado en más de 10 millones de euros, y podría prolongarse durante varios meses mientras se determina quién es el legítimo propietario.
El trofeo, otorgado a Maradona tras su destacada actuación en el Mundial de México 1986, fue robado por la mafia napolitana poco después de recibirlo. Durante décadas, su paradero fue un misterio, hasta que reapareció en una subasta en 2016. Un coleccionista adquirió un lote de objetos diversos, sin saber que entre ellos se encontraba el icónico Balón de Oro.
La controversia estalló cuando los herederos de Maradona alegaron que el robo del trofeo era de conocimiento público y que la compra debía considerarse de mala fe. Sin embargo, el tribunal francés falló inicialmente a favor del actual vendedor, argumentando que la adquisición por subasta pública excluía la mala fe, ya que el coleccionista no sabía qué tenía en sus manos cuando compró el lote.
A pesar de este fallo inicial, la presión y las nuevas evidencias presentadas por los herederos de Maradona llevaron a la decisión de incautar el trofeo. La Justicia francesa ha decidido que el Balón de Oro permanecerá bajo custodia hasta que se resuelva definitivamente la disputa legal sobre su propiedad. Esta medida legal significa que la subasta, que había generado gran expectación y prometía alcanzar cifras millonarias, ha sido cancelada.
Los fanáticos del fútbol y los coleccionistas deberán esperar para conocer el desenlace de esta historia que involucra a uno de los íconos más grandes del deporte. La incautación del Balón de Oro subraya la complejidad y las emociones que rodean el legado de Diego Maradona, un futbolista cuyo impacto sigue resonando mucho después de su fallecimiento.
Mientras tanto, la batalla legal continúa y podría marcar un precedente significativo en el mundo del coleccionismo deportivo, donde la línea entre lo legal y lo moral a menudo se difumina. El destino de este trofeo emblemático permanece en suspenso, y la resolución del caso será seguida de cerca por todos aquellos que admiraron a Maradona y su incomparable carrera.