El reciente Clausura 2024 ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la utilidad del repechaje en la Liga MX.
Desde su implementación en el Apertura 2020, los resultados han sido consistentes: los ocho primeros equipos de la tabla clasifican directamente a la liguilla, dejando los juegos de repechaje sin verdadera relevancia competitiva.
En el pasado torneo, el Apertura 2023, esta situación se hizo evidente cuando los ocho primeros clasificados avanzaron sin necesidad de disputar los juegos de Play In.
Esta tendencia se ha repetido en el Clausura 2024, consolidando la percepción de que el repechaje se ha convertido en un mero trámite sin aportar verdadero valor al torneo.
El objetivo original del repechaje era generar emoción y oportunidades adicionales para los equipos que no lograban clasificar directamente. Sin embargo, su implementación no ha logrado su cometido, ya que los equipos que terminan en las posiciones 9 y 10 rara vez logran acceder a la liguilla.
Ante esta situación, surge la pregunta sobre la pertinencia de mantener el sistema de repechaje en la Liga MX. ¿Es realmente necesario cuando los ocho primeros siempre terminan clasificando? ¿O es simplemente una estrategia para generar ingresos adicionales sin contribuir significativamente al desarrollo competitivo del torneo?
Con opiniones divididas entre aficionados, jugadores y directivos, el futuro del repechaje en la Liga MX queda en entredicho. ¿Será momento de replantear su función y utilidad, o se mantendrá como parte integral del formato de competición? La discusión está abierta, y la respuesta podría definir el rumbo del fútbol mexicano en los próximos años.