Julián Quiñones ya se retiró por el momento del balompié azteca, ya que el ofensivo naturalizado mexicano probaría suerte en el Al-Qadisiyah de la Liga Saudí.
No es la primera ocasión que jugadores que han militado en la Liga MX emigren al fútbol de Medio Oriente. De hecho, varios elementos que han tenido la oportunidad de vestir los colores de la Selección Mexicana han seguido este camino. Un ejemplo claro es Héctor Moreno, quien jugó en el Al-Gharafa de Qatar, y Jared Borgetti, quien militó en el Al Ittihad.
En estas ligas también han pasado jugadores como Marco Fabián, quien formó parte del Al Sadd, mientras que Christian ‘Chucho’ Benítez fue traspasado del América al El Jaish SC de Qatar.
Asimismo, otros futbolistas han probado suerte en Medio Oriente y posteriormente regresaron al balompié azteca. Este fue el caso de Igor Lichnovsky, quien jugó para Al Shabab antes de regresar a Tigres, y Jonathan Rodríguez, quien militó en Al Nassr antes de su retorno a América. Otros nombres que han experimentado el fútbol tanto en México como en el árabe incluyen a Matías Britos, Djaniny Tavares y recientemente el canterano de los Tigres, Lorenzo Andrade.
No es un viaje desconocido para los elementos de la Liga MX, e incluso algunos entrenadores han dirigido en el Medio Oriente. Ejemplos destacados son Pedro Caixinha, quien estuvo al mando del Al-Gharafa; Gustavo Matosas, quien dirigió al Al-Hilal; y Javier Aguirre, quien tuvo un paso por el Al Wahda de los Emiratos Árabes.
Esta tendencia refleja la creciente interconexión entre las ligas y la búsqueda de nuevas oportunidades tanto para jugadores como para entrenadores que han formado parte de la Liga MX.