Con un resultado que, si bien es meritorio, también abre la puerta a una profunda reflexión sobre el estado del deporte mexicano y la preparación de nuestros atletas para las competencias más exigentes del mundo.
Estudillo logró acumular 301.95 puntos en una competencia reñida, quedando a escasos 17 puntos de un lugar en el podio. Su avance desde el octavo al sexto lugar muestra su capacidad de mejorar bajo presión, un rasgo sin duda admirable. Sin embargo, este sexto lugar, aunque digno de reconocimiento, plantea una pregunta inevitable: ¿podríamos haber hecho más para preparar a Alejandra para estar entre las mejores del mundo?
La Adaptación: ¿Una Fortaleza o un Reflejo de la Improvisación?
Alejandra Estudillo se especializa en la plataforma de 10 metros, pero una reasignación de plazas por parte de World Aquatics la llevó al trampolín de 3 metros con apenas un mes de preparación específica. Si bien su capacidad de adaptación es impresionante, este cambio de último minuto también refleja una posible falta de planificación en la preparación de nuestros atletas. ¿Es justo exigirle a una joven deportista que compita a nivel olímpico en una disciplina para la que no estaba preparada con la debida antelación?
El Valor de un Diploma Olímpico y lo que Significa Quedarse Corto:
El sexto lugar de Estudillo le otorga un diploma olímpico, un logro respetable que no debería ser subestimado. Sin embargo, en una nación que ha producido campeones y medallistas olímpicos en clavados, este resultado deja un sabor agridulce. Nos invita a cuestionar si estamos proporcionando a nuestros atletas las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial o si nos estamos conformando con resultados que podrían ser mejores con una preparación más adecuada y enfocada.
El desempeño de Alejandra Estudillo en París 2024 es un reflejo de su talento y determinación, pero también de las áreas donde el deporte mexicano necesita mejorar. Su sexto lugar es un logro, pero también un llamado de atención. Si aspiramos a volver a ser una potencia en clavados, debemos garantizar que nuestras jóvenes promesas reciban la preparación y el apoyo que necesitan desde mucho antes de que lleguen a una competencia de esta magnitud. Alejandra ha demostrado que tiene el potencial para grandes cosas, pero es nuestra responsabilidad como nación asegurar que ese potencial se convierta en realidad.
El futuro de Alejandra Estudillo es brillante, pero solo si aprendemos de este sexto lugar y nos comprometemos a hacer lo necesario para que en su próxima participación olímpica, no solo aspire al podio, sino que lo alcance.